Pizza Casera

Nos encanta la pizza y no hay mejor manera de comer pizza que hacerla nosotros mismos en casa, sabiendo que ingredientes estamos utilizando, sin colorantes ni conservantes, y con la satisfacción de trabajar con nuestras manos, en éste caso la hice de beicon, pero podemos echarle absolutamente todo lo que se nos ocurra, (maíz, champiñón, rodajas de tomate fresco, piña, pimientos….) Disfrutad 🙂

INGREDIENTES PARA LA BASE:

• 1/2 kg de harina de fuerza, que contiene más glutén y conseguiremos que esponje más, aunque con la harina normal también sale bastante bien
• una cucharadita de sal
• un sobre de levadura de panadería seca o un bloque de 15gr de levadura fresca, aunque lo ideal es usar masa madre
• 200ml agua tibia
• aceite de oliva un chorrito o dos cucharadas
• podemos incluir en la masa ingredientes como ajo en polvo, oregano, queso…

INGREDIENTES PARA LA «SUPERFICIE»

• Tomate frito, a poder se casero
• queso rallado del tipo que nos guste
• oregano
• y todo lo que se nos ocurra, más queso, calabacín, huevos, tomates, carne picada…. hasta el infinito

PROCEDEMOS A METER LAS MANOS EN LA MASA

Echamos en un cuenco grande la harina, añadimos la cucharadita de sal en un lado, y agregamos la levadura, acordaros que no sirve la levadura química en polvo, esa es para bizcochos, ha de ser levadura de panadería o también masa madre ( si usamos la levadura de bloque, la mezclamos con la harina desmenuzandola, hasta conseguir que se deshaga). Mezclamos

El paso siguiente es añadir agua un poco tibia y el aceite, ahora removemos y cuando este más o menos integrado, lo sacamos del recipiente y lo colocamos sobre una superficie enharinada, es en éste momento cuando empezamos a amasar y a divertirnos jajajaja

Cuando hayamos amasado lo suficiente, la masa tendrá un aspecto liso, hacemos una bola y la colocamos en el recipiente otra vez, tapándola con un paño limpio. La dejamos reposar aproximadamente una hora o hasta que veamos que doble su volumen, el tiempo dependerá de la temperatura a la que se encuentre la habitación donde la dejemos.

Cuando esté la masa lista, la sacamos, parecerá que se desinfla, no pasa naaaaa, la dividimos en dos si queremos hacer dos pizzas o no la dividimos y hacemos un pizzón, según veamos. Estiramos con ayuda de un rodillo hasta el tamaño deseado, yo la hago tamaño bandeja de horno.

Ahora, empezamos con la decoración, añadimos tomate, oregano, queso y toooooodo lo que queramos.

Es entonces cuando hemos de dejarla reposar de nuevo otro ratico, vemos como dobla su volumen y entonces….. AL HORNOOOO

El horno lo habremos precalentado previamente, la metemos a unos 200 grados, y el tiempo depende un poco del grosor de la pizza, como unos 20 minutejos, pero vamos vigilando.

Sacaremos algo así, uuuuummmm que bien huele madreeeeee

Esta es la foto de perfil, queda esponjosa por dentro y la base crujiente, como pan y la superficie cremosa por el queso, vamos un gustazo, ale a comer 😉